lunes, 23 de abril de 2018

APUNTES MORFOLÓGICOS DEL GÉNERO GEASTRUM


















Las distintas especies del genero Geastrum son difíciles de reconocer tanto macroscopicamente como microscópicamente por sus muchas similitudes, la variación dentro de las especies y las fases de crecimiento con mucha semejanza.
En general casi todas las especies tienen un Exoperidio que se rasga en varios lóbulos o lacinias, un pseudotallo o pseudoestipe, columela desde el exoperidio hasta dentro del endoperidio entre la gleba y las esporas.

ENDOPERIDIO: Es la parte interna globosa productora de esporas, en esta observamos:
- Grosor: La envoltura que envuelve la gleba y esporas puede ser delgada como papel o gruesa como piel, e incluso carecer de esta una vez madura el ejemplar como en Geastrum melanocephalum.
- Superficie: De diferentes tonos de color según la edad y cada especie. Puede ser, harinosa, cristalina, fibrosa, lanosa, lisa, rugosa, granulosa, etc.
- Peristoma: Esta parte esta situada en el ápice del endoperidio y es la encargada de dejar salir las esporas por la boca o estoma cuando estas son expulsadas, puede ser fimbriado (fibroso) o surcado-estriado. Además este puede estar delimitado o no por una depresión anular o surcada. En unas pocas especies el peristoma no está presente.

EXOPERIDIO: Esta parte es la cubierta externa que cubre el endoperidio cuando el ejemplar es joven y de forma aun globosa, después este se rasga en varios lóbulos llamados lacinias, adquiriendo el ejemplar la típica forma de estrella.
- De las características a observar quizás la primera es la capacidad higroscópica específica de cada especie, esto es la capacidad para cerrarse o abrirse según las condiciones de humedad, en seco se repliega sobre el endoperidio y en húmedo se abre exponiendo el endoperidio. Algunas especies solo son subhigroscópicas, con la capacidad de abrirse o cerrarse unas pocas veces, además de no cubrir completamente el endoperidio. Otras especies no son higroscópicas, carecen por completo de la capacidad de enrollarse o estirarse una vez se desgarra el exoperidio.
- Otra observación en cuanto al exoperidio es la superficie, además del color, la parte superior o parte inferior pueden ser calvas o rugosas, de color cambiante o no, y en la inferior destacar que es significativo de cada especie la presencia o no de restos incrustados (arena, hojarasca, etc) fijados por medio de guiones al micelio. Además de esto es importante la presencia en la base de una cicatriz, que puede estar o no presente según la especie. Las especies con cicatriz son especies basimiceladas, sin abrir solo están conectadas en la base del carpoforo, después de rasgarse el exoperidio el carpoforo ya no se fija al suelo y el punto de fijación se rompe, formando así una cicatriz. Estas especies comienzan generalmente con forma de cebolla o tulipán.
 Las especies sin cicatriz son especies perimiceladas, los carpoforos sin abrir tienen forma globosa y están parcialmente enterrados, al abrirse nada se rompe, los micelios siguen conectados con la parte inferior del exoperidio. La mayoría de las especies perimiceliadas tienen restos adheridos, siendo las puntas de las lacinias las que generalmente mantienen la conexión durante más tiempo con los micelios, por lo que la forma de estas depende a menudo del efecto de fijación.
- Algunas especies del género  tienen un pseudoestipe o  pseudotallo debajo del endoperidio, más o menos visible. Cuando es visible la parte inferior del endoperidio y el pseudoestipe forman una plica llamada apófisis, la visibilidad del pseudoestipe y de la apófisis depende mucho de la fase de desarrollo siendo en muchos casos observable cuando el carpoforo está muy seco.
Para la apófisis se señalan tres tipos de formas, de bolsa redondeada, de manga o en forma de embudo.
- Otra característica a observar es la presencia o no de un collar entre el endoperidio y el exoperidio que depende de las fases de crecimiento.




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